Messi salvó sobre la hora a Argentina ante Irán
Seis días después del estreno con victoria ante Bosnia, en el estadio Maracaná, tanto el técnico Alejandro Sabella como cada jugador de la Argentina tenían claro que frente a Irán, en Belo Horizonte, además de ganar para sellar la clasificación a los octavos de final, el nivel de juego general del equipo debía mejorar bastante respecto a lo que fue en el debut. Y eso quedó claro desde el inicio del segundo partido de la Selección en el Mundial, pese a que no se pudo plasmar rápidamente en el resultado.
Tuvo relativo éxito el regreso al sistema que tantos buenos resultados le había dado al seleccionado argentino durante las Eliminatorias. Atrás quedó la polémica sobre los cinco defensores y las declaraciones de los jugadores sobre el sistema a usar. Fernando Gago y Gonzalo Higuaín volvieron a la titularidad y, con el 4-3-3 de memoria, la diferencia en la generación de fútbol se notó en el arranque, aunque manteniendo ciertas falencias para concretar los acercamientos al arco rival.
Irán, al igual que en su debut -0-0 contra Nigeria-, exhibió demasiado poco. Tal como se preveía, mostró que cuenta con menor jerarquía futbolística que la Argentina (su único triunfo en un Mundial fue sobre Estados Unidos en Francia 1998) y por eso, no fue sorpresa ver cómo el equipo asiático se plantó completo en su campo a esperar a los de Sabella.
Con los once jugadores de Irán en su campo -casi adentro del área-, Argentina no encontró durante la primera parte cómo abrir a una defensa muy cerrada. Si bien jugó, buscó e intentó mucho más, no tuvo tantas jugadas claras. De hecho, las pelotas paradas fueron el arma más peligrosa de los de Sabella en esos 45' iniciales, con Fede Fernández y Ezequiel Garay ganando en todas.
Ya en el arranque de la segunda mitad, se vio la misma tendencia que en la etapa inicial. Mientras los dirigidos por Sabella seguían yendo al ataque, Irán se mantenía replegado en su área. Así y todo, los de Carlos Queiroz tuvieron sus chances. Una de las más claras, a los 52' y de contragolpe, cuando Montazeri llegó al fondo por derecha, metió el centro para Ghoochannejhad, que le ganó a Fernández y cabeceó exigiendo a un Romero bien posicionado bajo los tres postes.
Sin pensarlo ni imaginarlo, Argentina se encontró sufriendo ante un Irán claramente más débil que comenzaba a animarse a salir y a dejar sin ideas a un conjunto albiceleste que buscaba respuestas cambiando pieza por pieza: adentro Lavezzi y Palacio, afuera Agüero e Higuaín. Tampoco esas variantes fueron la solución a la sequía argentina.
La respuesta -al menos parcial- a todos los problemas llegó en el primer minuto de descuento, cuando apareció el capitán argentino, el más observado, de quien más se espera. Y él respondió: Messi tomó la pelota en la puerta del área, recostado sobre el sector derecho, encaró hacia adentro y cuando vio el espacio sacó la pincelada justa, de zurda, para acomodar la pelota contra el poste más lejano del arquero iraní.
Así ganó Argentina. Sorprendido por la resistencia del rival, enmarañado por su ineficacia contra el arco de Irán, pero con la cuota de suerte y de fútbol necesaria para que cuando el partido parecía muerto en el cero, surgiera Leo y firmara el 1-0 necesario para sumar los tres puntos que significan la clasificación argentina a los octavos de final del Mundial 2014.
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